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Vergara lamenta que no se informase a
la población y pide la colaboración de las administraciones en una mejor
defensa del motor económico de esta tierra
Ayer martes, el domingo 9 de marzo y a finales de febrero una densa humareda se depositó sobre el núcleo urbano de Cieza produciendo a numerosos vecinos irritaciones de ojos y garganta y también, en bastantes casos, sobre todo en ancianos y niños propensos, dificultades respiratorias que necesitaron medicación, atención sanitaria y otras medidas paliativas.
La práctica de quemar pacas de paja en las zonas más desfavorecidas por la climatología, especialmente en Las Cañadas y El Acho, se dejó sentir como un desagradable picor al respirar; incluso dentro de las casa y los escozores peristieron hasta media tarde.
Para José Luis Vergara “el origen del problema puede estar en la cicatería y cambio de condiciones del seguro agrario que apenas sirve para cubrir la mitad de la mitad de la producción máxima posible, por lo que condena a muchos agricultores de nuestra vega a intentar salvar las cosechas a veces con medidas drásticas y nada saludables. Tampoco los políticos regionales han sabido enfrentar el problema ante Madrid, pero puesto que así están las cosas hemos de ser más respetuosos con la salud de todos y también más comprensivos con los problemas de nuestra agricultura y conceder que son los principales productores de oxígeno de la comarca”.
Vergara recordó que en el pleno del 3 de marzo el grupo municipal de Ciudadanos realizó un Ruego para que se establezcan mecanismos de control y tutela sobre esta práctica “que sólo es mínimamente disculpable si no hay ninguna otra fórmula disponible en ese momento y ante un riesgo elevado y grave de pérdida agrícola; pero además pedimos y hoy lo reiteramos que el ayuntamiento, la consejería, los agricultores y los responsables sanitarios deben establecer protocolos de lucha contra las heladas primando las que sean inocuas para la salud y exigir la colaboración de las instituciones, tal como se hizo con la modernización agrícola, porque así no podemos seguir indefinidamente”.
Para CCCi “debemos explorar el mercado y encontrar métodos dignos, asumibles y saludables, lo contrario es tirar piedras a nuestro propio tejado y si es necesario investigar en nuevas fórmulas. Pero hay dos cosas que no podemos permitirnos: perder las cosechas o quedarnos de brazos cruzados ante la reitera quema de paja.
“Lo de este año –sigue diciendo el portavoz ciezano- no debe repetirse, no se puede pillar por sorpresa a la población, ni a los facultativos ni al concejo, sólo en casos extremos y siempre tras informar suficientemente puede tolerarse algo así, todos sabemos que, ahora, la agricultura es el único sostén de esta tierra, pero la agricultura y la salud no pueden estar enfrentadas, aquélla es primordial pero la salud es esencial”.
Vergara concluye con la impresión de que “lo más cómodo, lo políticamente correcto, es seguir callado y es lo que algunos, que parecen saber más que yo, me han recomendado. Pero yo no pedí el voto hace tres años para permanecer callado, puede no gustar lo que digo y lo que pienso pero quienes me llevaron al ayuntamiento tienen el derecho sacrosanto de saber qué pienso, de escuchar qué opino y de conocer que propongo, y si tengo oportunidad lo diré esta tarde a los agricultores convocados por Coag ”.
Ayer martes, el domingo 9 de marzo y a finales de febrero una densa humareda se depositó sobre el núcleo urbano de Cieza produciendo a numerosos vecinos irritaciones de ojos y garganta y también, en bastantes casos, sobre todo en ancianos y niños propensos, dificultades respiratorias que necesitaron medicación, atención sanitaria y otras medidas paliativas.
La práctica de quemar pacas de paja en las zonas más desfavorecidas por la climatología, especialmente en Las Cañadas y El Acho, se dejó sentir como un desagradable picor al respirar; incluso dentro de las casa y los escozores peristieron hasta media tarde.
Para José Luis Vergara “el origen del problema puede estar en la cicatería y cambio de condiciones del seguro agrario que apenas sirve para cubrir la mitad de la mitad de la producción máxima posible, por lo que condena a muchos agricultores de nuestra vega a intentar salvar las cosechas a veces con medidas drásticas y nada saludables. Tampoco los políticos regionales han sabido enfrentar el problema ante Madrid, pero puesto que así están las cosas hemos de ser más respetuosos con la salud de todos y también más comprensivos con los problemas de nuestra agricultura y conceder que son los principales productores de oxígeno de la comarca”.
Vergara recordó que en el pleno del 3 de marzo el grupo municipal de Ciudadanos realizó un Ruego para que se establezcan mecanismos de control y tutela sobre esta práctica “que sólo es mínimamente disculpable si no hay ninguna otra fórmula disponible en ese momento y ante un riesgo elevado y grave de pérdida agrícola; pero además pedimos y hoy lo reiteramos que el ayuntamiento, la consejería, los agricultores y los responsables sanitarios deben establecer protocolos de lucha contra las heladas primando las que sean inocuas para la salud y exigir la colaboración de las instituciones, tal como se hizo con la modernización agrícola, porque así no podemos seguir indefinidamente”.
Para CCCi “debemos explorar el mercado y encontrar métodos dignos, asumibles y saludables, lo contrario es tirar piedras a nuestro propio tejado y si es necesario investigar en nuevas fórmulas. Pero hay dos cosas que no podemos permitirnos: perder las cosechas o quedarnos de brazos cruzados ante la reitera quema de paja.
“Lo de este año –sigue diciendo el portavoz ciezano- no debe repetirse, no se puede pillar por sorpresa a la población, ni a los facultativos ni al concejo, sólo en casos extremos y siempre tras informar suficientemente puede tolerarse algo así, todos sabemos que, ahora, la agricultura es el único sostén de esta tierra, pero la agricultura y la salud no pueden estar enfrentadas, aquélla es primordial pero la salud es esencial”.
Vergara concluye con la impresión de que “lo más cómodo, lo políticamente correcto, es seguir callado y es lo que algunos, que parecen saber más que yo, me han recomendado. Pero yo no pedí el voto hace tres años para permanecer callado, puede no gustar lo que digo y lo que pienso pero quienes me llevaron al ayuntamiento tienen el derecho sacrosanto de saber qué pienso, de escuchar qué opino y de conocer que propongo, y si tengo oportunidad lo diré esta tarde a los agricultores convocados por Coag ”.
-redacción-
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